4/11/15

Estación eróticos: vulvas y chocolate






- ¿Qué dulce te gusta?
- Las vulvas
-Perdón
- De chocolate, como la tuya...

Nunca quisieron estar juntos. Sabían lo que iba a pasar. La intensidad era inevitable, irritante, la última esperanza para calmar la sed: el oasis.

Ella, casada hace apenas unos años, tenía el lugar de otro libro en su biblioteca inmensa, llena de tentaciones y aventuras, pero escasa de lectores interesados en devorar sus páginas.

Él, un adicto al trabajo con gran proyección profesional, pasaba sus días haciendo el rol de un ejecutivo dedicado, aprovechando su barba corta y sus ojos claros para tener encuentros furtivos que le dieran vida a los cuartos vacíos de su existencia.

Así entonces, apenas necesitaron unas semanas para calentar el ambiente, y con un poco de alcohol, la bomba explotó. Botón sobre botón cayeron las prendas, destaparon los broches, arrancaron los encajes y descubrieron el aroma intenso de sus frutos.

De los besos a las mordidas una piel contra la otra se comenzaron a recorrer como en un mundo imposible, reinventando una y otra vez los límites de la carne, hasta derretir las paredes de lo dulce y liberar el ámbar incierto y prohibido que yace en las profundidades dulces del jardín… en tu propia vulva de chocolate.

- No te parece algo frívolo todo esto. Yo no debería haber hecho esto.
- No puede estar mal comer tan bien. Nunca había tenido tantos orgasmos con un único postre.
- ... lo siento pero esto no puede volver a pasar… ...
- Si prefieres botar la comida que consumirla, por mí está bien.
- Creo que en todo esto te has aprovechado de mí.
- Vamos a ver cuánto te tardas en aceptar que disfrutaste mis trufas tanto como yo las tuyas, aunque vengan en diferente presentación...
*** silencio***

Horas después
Buenos días a todos, les presento a su nueva compañera: Camila Saldarriaga...

- Hola a todos, mucho gusto.
- Hola Camila, el gusto es nuestro… pero déjame preguntarte, ¿te gusta el chocolate blanco?
- Perdón...



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