Estación fragmento
Hace 24 horas, tiempo del hombre, sentó sus piernas sobre las mías y me entregó un motivo. Venía en una hoja de papel arrugado que de seguro hacía parte de alguno de sus viejos cuadernos de literatura.
Una vez el papel, la miré a los ojos y nos juramos un amor eterno hecho con pétalos de rosa, a la medida de la temperatura del momento, siete micheladas y media después.
... Amaneció y apenas podía diferenciar entre la realidad y el sueño, pero solo por las dudas voy a dormir un poco más.
... Amaneció y apenas podía diferenciar entre la realidad y el sueño, pero solo por las dudas voy a dormir un poco más.
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