9/5/07

estación miseria


Bueno, qué más particular en nuestras ciudades que los mendigos… así, vistos a través de una ventana lejana, con cierto dejo de indiferencia, con cierta costumbre en la mirada, mientras él busca en la basura por algún despojo que pueda calmar su hambre y su tristeza, botando lo que no le sirve en la calle de una ciudad, de un mundo, que no es suyo (¿¿¿que nunca lo fue???), que se reparte miles de veces entre cientos de personas entre las que su NN existencia no se encuentra contemplada.

¿Será que su destino fue la consecuencia de pisar fuera del sistema?… de atreverse a vivir sin la cadena de estudios y trabajos que lo pueden salvar a uno de no recibir un no como respuesta al buscar trabajo después de los 30 años; la consecuencia de haber querido enfrentar una de las tendencias que más fuertemente criticaba Nietszche:

“Vaya noramala la creencia de que con un salario más elevado se remediaría lo que hay de esencial en su miseria, es decir, su servidumbre impersonal; […] vaya noramala el tener un precio mediante el cual se deja de ser persona para convertirse en tornillo. ¿Sois cómplices de la presente locura de las naciones que lo que quieren es producir mucho y enriquecerse todo lo posible?”.

Este es nuestro sistema, nuestro mundo perdido en la galaxia, donde la carne vale diferente dependiendo de su color y del marrano que la compre… pero en medio de todo esto, habrá que ver cómo salimos adelante, encontramos la belleza y nos acercamos con frecuencia a eso que se llama felicidad, siendo capaces de distinguir entre si es más arriesgado bordear la miseria física o la existencial, y cómo le hacemos pa' no caer en ninguna de las dos...

Para ver otras particularidades de nuestra realidad, haga clic aquí.

No hay comentarios.: